miércoles, 13 de enero de 2010

Abuelo..



Yo era débil, demasiado débil para volar,

pero tu estabas allí, bien a mi lado,

incitándome a hacerlo...

Extendí las alas y abandoné el nido,

jurando que nada se me opondría.

Probé el amor y probé la vida,

pero no lo bastante para satisfacerme...

Incitándome a continuar, y dándome fuerzas,

te oía diciéndome : ¡Adelante, pequeña!

Puedes hacerlo, no es más que la vida,

¡No tiene nada de particular!

Es sólo... cuestión de entenderla por dentro,

por dentro....

Como una estrella en el cielo de medianoche,

que se disuelve en la mañana,

volví para mostrarte que podía volar,

pero tú te habías ido sin avisar..